Malos hábitos laborales

Para dar una buena imagen profesional, debemos tomar en cuenta algunos aspectos, entre ellos practicar los valores, siendo responsable, honesto, puntual, dedicado a tu trabajo.

La imagen personal y profesional podrán ser distintas en el sentido de que en tu trabajo habrá cosas que no debes hacer, como decir malas palabras, mentir, expresarte mal de otros, entre otras. 

Es bueno fijarse metas laborales y poco a poco tener hábitos positivos que te ayudarán a que tu jefe te considere uno de los mejores, o simplemente el mejor. 

Los malos hábitos laborales pueden perjudicar tu trabajo, evítalos, aquí te dejo algunos ejempos: 

Mentira:  Decir mentiras podrá salvarte de algún problema en es momento, pero seguro vendrán más por solo esa pequeña o muy grande mentira. Muchas veces para tener un mejor curriculum, inventan partes donde estuvieron colaborando, o donde estudiaron. Falsificar firmas, credenciales o mentir sobre horario de trabajo son parte de una mentira, que te costará caro a lo largo del tiempo. 

Negatividad: De nada sirve ser una persona que se queja en su trabajo, seguro serás el dolor de cabeza de tus compañeros y jefes. Ellos buscan gente optimista que ayude a que la empresa ternga éxito.

Impuntualidad: La puntualidad dice mucho de la persona, significa conocer si es dedicada a lo que hace. Ser impuntual en tu trabajo, hace que se note la falta de cuidado y ganas de trabajar, además si dependen de ti retrasarás el trabajo. 

Falta de atención: Ser distraído, podría costarte tu trabajo. Cuando sabes que irás a tu oficina a trabajar, solo debes tener tu atención al trabajo. Ahora estamos acostumbrados a sacar el teléfono celular en horas de oficina y ponernos a jugar, o simplemente checar redes sociales. Evita hacer eso en horas de oficina,, harás que pierdas el tiempo. 

Falta de modales: Tener por lo menos un poco de educación a la hora de llegar a tu trabajo, dando los buenos días o despidéndote con un "hasta mañana", marcarán la diferencia. No seas grosero, no faltes al respeto, y siempre recuerda que si no tienes algo bueno que decir, mejor no digas nada.